Me encuentro perdida, estoy en el lugar que mejor conozco, pero mi cabeza no se encuentra. No sé donde estoy, ni donde debería estar. Solo puedo limitarme a pensar que estoy agobiada, que esto me viene grande, que es una sobrecarga de pensamientos. Que por doler me duele hasta el aliento, por todo lo que llevo dentro. Me siento impotente, estoy cansada. Me he dado cuenta de que la gente dice mucho más de lo que hace realmente, y que los hermanos de corazón se cuentan con los dedos de una sola mano. Las relaciones cansan y se agotan, y siento que no puedo hacer nada y por consecuencia duele. Que no es justo, que nunca he sabido valorar lo que tengo y lo he perdido, que siempre he querido lo que no tenía. No importa lo que haya llegado a dar por una persona, si no me valora hoy qué puedo esperar mañana. Estoy quemada, rota. Es el sonido de esta mierda, que golpea mi cabeza y me remueve las ideas. Encerrada en la melancolía, aferrada a esta angustia solo puedo tirar hacia delante con la cabeza alta. Sonreír por cumplir, reír por reír. Debería alejarme, dejar de conocerme, hacer lo posible por no asfixiarme. Por desgracia en esta vida no hay cabida para una salida de emergencia.
Sin mirar atrás, una vez más decidí tirarme de cabeza. Sin pensarlo dos veces, si no estás me importa una mierda lo que pueda pasar. Fuiste y sigues siendo una prioridad, el primer y último pensamiento del día. Al fin y al cabo, yo apostaría por ti, creí y sigo creyendo en ti. No sirve de nada decir que te extraño, por mucho que lo sienta. Pero repito que eres importante, muy importante. Porque una vez más me la he pegado, no sé si mereció la pena, mas yo lo hice. Quizá muy en el fondo todavía no te he perdido, pero seamos realistas, por muchas vueltas que dé la vida y por el mismo camino que tengamos, dado aquellas pequeñas cosas que nos diferenciaban, todo es mucho más difícil. Me duele ya que eres una alma gemela ¿sabes? No conocí nunca alguien con quien compartir tanto, teniendo en cuenta que no éramos nada, simplemente teníamos algo especial. Es extraño, me acostumbré a que no estuvieras, y cuando de vez en cuando estás prefiero tu ausencia en cierto modo. Definitivamente esto ha sido algo inolvidable, porque eres "insustituible", si vuelves eres mío. Solo he de decir a esto, "Encantada de haberte conocido".
PD. te extraño, incluso más que ayer.
Llega un momento en el que parece que el mundo ya no tiene nada nuevo que ofrecer, que ya no sorprende que la vida del día a día te presenta cosas normales, que ya no asombran. Pero si lo piensas te darás cuenta de que eso no es así, que lo único que pasa es que perdiste tu capacidad de asombro, no hablo de monotonías, hablo de hasta el punto que las cosas nos pueden parecer normales. Un gran filósofo piensa que hay dos tipos de personas, aquellas con capacidad de asombro y las que lo han perdido. ¿Te has dado cuenta alguna vez de que solo los niños pequeños tienen esta capacidad? Solo las personas que no se aferran a lo cotidiano conservan esta capacidad. Las que lo han perdido no tienen la suerte de ello, ya que, si lo piensas hasta lo más insignificante puede ser sorprendente. Por ejemplo, uno no sabría valorar lo que es estar sano si no hubiera estado nunca enfermo o es necesario pasar hambre para valorar lo que es estar saciado. Los que piensan así, se darán cuenta que el día a día puede ser maravilloso, otros muchos pensaran que es una bazofia. Los que gozan de esta capacidad son aquellos que por muy insignificantes que sepan que son en el universo, quieren verlo todo desde arriba, y poder decir "esto es sorprendente", solo estos saben valorar lo que es vivir, lo que es el mundo, solo ellos pueden decir que merece la pena vivir.